Cuenta la historia por los años (1500) en las pampas de Curibamba, en la parte alta del actual pueblo de San Pablo, vivía un curaca llamado Pantoja que poseía grandes riquezas, una mina de plata y otra de oro, para tener acceso a los dos dominios busco la parte más angosta para construir un puente de piedra, que finalmente le pondría el nombre de Pantoja, donde cruza el Rio Zuta, que hasta la actualidad el puente sigue visible.